martes, abril 25, 2006
POR MIS PROPIOS ERRORES
La vida me dio la oportunidad más grande de ser feliz, de realmente tener a mi lado la persona que quería, la mujer de mis sueños, ella era por quien me despertaba en las mañanas, era el motor para aguantar los días, la tranquilidad para dormirme en las noches.
Con ella viví los mejores ratos que he podido pasar, su personalidad y belleza descomunal mantenían mi mente y ojos centrados en ella, su entorno era tranquilidad, paz y amor.
Ella era la mujer más mujer, la mujer diez, la musa de todos mis pensamientos, mi realidad, mi fantasía, la fortaleza, la debilidad, la locura, y la cordura, ella lleno mi mente mi alma y mi corazón, pero la lleno de una alegría especial que pensé que me duraría toda la vida.
Hoy mis sueños se acabaron, la tristeza y el desespero son mi única compañía, no importa si el día es martes, viernes o sábado; a mi me da igual, no importa si son las diez y media de la mañana o las once de la noche; igual ya no puedo llamarla a despertarla o a despedirme para que duerma en paz; ya nada me importa y por ahora seré un hombre sin sueños, sin esperanzas, sin alegría para seguir; al carro de la vida se le fundió el motor, ese motor que era Ley, el motor más fuerte y poderoso del mundo.
Sin embargo, todo esto, todo el desastre de mi vida, es por mi, por mis propios errores, por que definitivamente “CADA CUAL ES EL ESCULTOR DE SU PROPIO DESTINO”.
Te amo Leydi.
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La vida me dio la oportunidad más grande de ser feliz, de realmente tener a mi lado la persona que quería, la mujer de mis sueños, ella era por quien me despertaba en las mañanas, era el motor para aguantar los días, la tranquilidad para dormirme en las noches.
Con ella viví los mejores ratos que he podido pasar, su personalidad y belleza descomunal mantenían mi mente y ojos centrados en ella, su entorno era tranquilidad, paz y amor.
Ella era la mujer más mujer, la mujer diez, la musa de todos mis pensamientos, mi realidad, mi fantasía, la fortaleza, la debilidad, la locura, y la cordura, ella lleno mi mente mi alma y mi corazón, pero la lleno de una alegría especial que pensé que me duraría toda la vida.
Hoy mis sueños se acabaron, la tristeza y el desespero son mi única compañía, no importa si el día es martes, viernes o sábado; a mi me da igual, no importa si son las diez y media de la mañana o las once de la noche; igual ya no puedo llamarla a despertarla o a despedirme para que duerma en paz; ya nada me importa y por ahora seré un hombre sin sueños, sin esperanzas, sin alegría para seguir; al carro de la vida se le fundió el motor, ese motor que era Ley, el motor más fuerte y poderoso del mundo.
Sin embargo, todo esto, todo el desastre de mi vida, es por mi, por mis propios errores, por que definitivamente “CADA CUAL ES EL ESCULTOR DE SU PROPIO DESTINO”.
Te amo Leydi.